Molduras de Unicel la Casa de la Moldura
Su principal función es servir como relleno estructural ligero en diversas aplicaciones de ingeniería civil.
Gracias a su baja densidad, que representa aproximadamente el 1% del peso del suelo convencional, el geofoam reduce significativamente las cargas sobre el terreno subyacente, minimizando asentamientos y mejorando la estabilidad de las estructuras.
Además, su facilidad de manejo y corte permite adaptarlo a diferentes formas y tamaños en el sitio de construcción, lo que agiliza los procesos y reduce los costos asociados.
Estas propiedades hacen del geofoam una solución eficiente y sostenible para desafíos geotécnicos complejos en la construcción moderna.([es.wikipedia.org][1])
En la construcción de carreteras y autopistas, se utiliza para reemplazar suelos compresibles, permitiendo la edificación sobre terrenos blandos sin riesgos de asentamientos excesivos.
En proyectos de ampliación de vías, su ligereza evita sobrecargar las estructuras existentes y facilita una construcción más rápida y segura.
Asimismo, en puentes y viaductos, el geofoam se emplea en los rellenos de aproximación, reduciendo las presiones laterales sobre los estribos y minimizando los movimientos diferenciales entre la estructura y el terreno.
Otras aplicaciones incluyen la estabilización de taludes, donde reemplaza parte del suelo para disminuir el peso y mejorar la estabilidad, y el uso en techos ajardinados, donde su capacidad de aislamiento térmico y su peso reducido permiten crear espacios verdes sin comprometer la integridad estructural del edificio.
Estas aplicaciones demuestran la adaptabilidad del geofoam a diversas necesidades constructivas.
Desde el punto de vista técnico, su alta resistencia a la compresión y su estabilidad dimensional garantizan un rendimiento predecible y duradero.
Su capacidad de aislamiento térmico contribuye a la eficiencia energética de las edificaciones, y su resistencia a la humedad y a agentes químicos asegura su integridad en diversas condiciones ambientales.
Económicamente, el geofoam reduce los tiempos de construcción al eliminar la necesidad de compactación y permitir una instalación más rápida, lo que se traduce en menores costos de mano de obra y maquinaria.
Además, al disminuir las cargas sobre el terreno, se reducen los requerimientos de cimentación y se prolonga la vida útil de las estructuras.
Estas ventajas hacen del geofoam una opción atractiva y rentable para ingenieros y constructores.([atlasmoldedproducts.com][2])
Al ser un material reciclable y libre de clorofluorocarbonos (CFC), su uso contribuye a prácticas de construcción sostenibles.
Su ligereza reduce la necesidad de transporte pesado, disminuyendo las emisiones de carbono asociadas.
Además, su durabilidad y resistencia a la degradación minimizan la generación de residuos a lo largo del tiempo.
Con el creciente enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia en la construcción, se espera que la demanda de geofoam continúe en aumento.
Innovaciones en su fabricación y aplicaciones podrían expandir aún más su uso en proyectos de infraestructura, edificaciones y soluciones urbanas, posicionándolo como un material clave en la evolución hacia construcciones más responsables y eficientes.